Como todos los años, Rodellar, parada y fonda. Este año un total de cinco días, repartidos en dos estancias de tres y dos días, suficiente, en este "rulepirenaico" del otoño.
Nada más llegar me impacta la mierda y apalanque que hay en el aparcamiento. Nos vamos directamente al camping.
Rodellar, para mí, siempre será "el sitio", sobre todo fuera de temporada estival. Y siempre que estás allí, te das cuenta que lo mismo piensan muchos otros. Buena representación astur durante esos días, lo más significativo en cuanto a triunfos, el primer 8c de Nacho, que en su estado de forma, es seguro que le seguirán unos cuantos más.
Rodellar, levantarse, unos cafés y a escalar, terminar y cervezas, yo siempre elijo Florentino, me acuerdo de sus charlas con el, me ha dado una visión totalmente diferente del lugar. Gracias a ellas, se a qué se dedicaban hace años, sus problemas con el agua en épocas de sequía, el transito de mercancías por sus caminos a los pueblos cercanos y a otros no tanto...el teléfono, hasta hace muy poco no había. Cheto, a 20 minutos de Rodellar caminando, es un ejemplo de lo que era esto hace 20 años. En Cheto, en donde vive una familia de edad avanzada, a día de hoy, no tienen agua corriente, ni luz y ni acceso rodado. Recomiendo su visita, además tiene unas vistas de las ventanas y surgencia de Mascún...que merece la pena.
En el próximo post, seré un poco más crítico con Rodellar, una buena forma de hacer dinero, unos pocos.
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