martes, septiembre 06, 2011

Valdehuesa

Lugar en el que estuve trepando los dos últimos fines de semana. Para mí, un lugar especial. Cuando no hay nadie, o poca gente, en un silencio total, sentarse a pie de vía y observar el paisaje, el bosque, sus colores, escuchar el ruido, en ocasiones mudo, en otras, de  sus moradores, hace sacar lo mejor de uno. Escalando, el ruido de tu respiración, del roce con la roca, calma total...las sensaciones son únicas, la razón personal por lo que uno (yo) escala. Lo demás, es secundario (pero también importante).


Los domingos, de vuelta a casa, paramos en el puerto de Señales, subimos corriendo al Remelende. Cuando el día está despejado y sin prácticamente nieblas en altura, el esfuerzo es recompensado por la vista.
Esta foto y la siguiente, al fondo, Peña Santa  y macizo Occidental de Picos entre las nieblas.



Suelo llegar antes a la furgo, nunca nos esperamos (corriendo o andando) el uno al otro, cada uno a su bola, a su ritmo. Siempre me ha gustado estar solo en el monte, y con los años, no lo voy a negar, me vuelvo al respecto más...(no se lo que es ese más).

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